Más que un espacio físico, yCo es una comunidad donde facilitan la colaboración y reconocen la labor de iniciativas sociales para generar impacto en la ciudad.
Más que un espacio físico, yCo es una comunidad de transformación e innovación social que busca generar impacto en la ciudad desde diferentes trincheras.
Para Mauricio Canseco, director de este centro, el trabajo social ha estado por muchos años solo en manos de la buena voluntad, por lo que buscan que también esté en manos de profesionales. “En la medida en que existamos más personas que de manera profesional nos dediquemos a este tema, entonces la ciudad se va a transformar”, asegura.
El nombre yCo es una abreviación de “y compañía”, que hace alusión a que acompañan a los proyectos en su crecimiento, pues están convencidos de que el impacto social no es un fenómeno individual, sino colectivo. Bajo el lema “Somos tú y compañía” dan a entender que el nombre las iniciativas sociales siempre va primero y ellos sólo son sus acompañantes en el proceso.
El centro es financiado por Consejo Cívico, una organización dedicada a representar a la sociedad civil en temas de seguridad, anticorrupción y rendición de cuentas. En 2016 se empezó a cuestionar al interior de la asociación qué se podía hacer para darle a la sociedad civil un espacio formal, explica Mauricio. Tras dos años de investigación en modelos de impacto social comenzó la búsqueda del espacio que albergara yCo.
En abril de 2018 llegaron a su ubicación actual en Avenida del Estado, a una cuadra de la rotonda de Avenida Eugenio Garza Sada, lo que para Mauricio simplifica el dar indicaciones. Además, asegura que la alianza con el Tec ha sido esencial para lograr sus objetivos. “Llegar a un lugar como este dentro de DistritoTec fue una pieza clave porque encontramos un espacio muy adecuado para diseñar, un lugar de colaboración, una zona muy interconectada y también que somos parte de una comunidad que se extiende fuera de yCo que también está provocando la innovación”, afirma.
El enfoque de yCo, explica Mauricio, es de cambio sistémico, lo que significa que buscan transformar la ciudad en su totalidad. “No queremos necesariamente que haya menos problemas, queremos que las soluciones sean más para que la posibilidad de resolver los problemas siempre sea una realidad”.
Para lograr esa transformación acompañan a las iniciativas sociales con cuatro tipo de recursos: el espacio físico, recursos de encuentro, programas de desarrollo de capacidades y esfuerzos de colaboración. También tienen membresías y dos programas, FAIS y CARI, a los que las asociaciones pueden acceder mediante convocatorias anuales.
Liz Bautista, encargada del área de Desarrollo de Capacidades, cuenta que el día a día en yCo es muy dinámico. Hay un equipo base que apoya a las iniciativas en lo que necesiten mientras los equipos van y vienen de ocho de la mañana a ocho de la noche. El espacio en sí es abierto y no tiene cubículos individuales, por lo que se presta para la colaboración.
Una frase que caracteriza a este centro es “del encuentro surge la colaboración”, dice Liz. Y eso se comprueba en la naturalidad con la que se dan las interacciones. “Yo estoy platicando en mi mesa con una de mis compañeras diciéndole que no sé cómo resolver un problema y alguien más escucha y dice ‘ay, yo sí sé cómo’. O cuento en el comedor que estoy buscando una persona experta en algo y resulta que alguien más la conoce”, ejemplifica.
yCo ofrece un espacio que propicia la colaboración y el compartir habilidades. Buscan formalizar las juntas en cafés al brindar un lugar que resulta más económico que la renta de oficinas y que no sea solo un cowork, afirma Liz. Mauricio coincide: no son un cowork, más bien tienen espacios de trabajo colaborativo.
“El mejor ejemplo que tenemos es una organización que trabaja con temas de género que se encontró con un voluntario de Techo y platicando descubrieron que las voluntarias de Techo podrían participar en este programa de género”, comenta Liz.
Tanto para Mauricio como para Liz, la existencia de yCo es como un reconocimiento de sus esfuerzos en el trabajo social. “Yo empecé con temas de innovación social o de organizaciones de la sociedad civil hace 8 años y creo que de alguna manera siempre quise que existiera este espacio”, dice Liz.
Mientras que Mauricio asegura que es la primera vez en 15 años de trabajo que se siente reconocido como un profesional de la innovación social, pues no muchos entendían a lo que se dedicaba. “Ahora que estoy acá en yCo me siento parte de una comunidad que nos dedicamos profesionalmente a transformar la ciudad y eso es súper estimulante”, comenta.
Dirigir yCo se le ha planteado como un reto profesional, pero ve como un hito lograr la dignificación del trabajo social. “Siempre hubo quien me dijo que no se podían hacer las dos cosas”, recuerda. “Que no se podía querer salvar al mundo sin perderte a ti mismo y todos los días me encuentro a mí mismo aquí”. Con su esfuerzo diario busca mandar un mensaje a sus hijos y a su familia de que no todo se trata de hacer dinero y que no está pelado el vivir bien con hacer el bien.