Hace poco más de un año inauguramos El Huerto, un espacio temporal para aprender sobre cultivos urbanos, ubicado en un lote que no estaba en uso. Desde entonces, hemos cultivado varios vegetales y observado el proceso de crecimiento de las asclepias curassavica que, eventualmente, alimentarían a orugas de la mariposa monarca.
Todo el trabajo ha estado a cargo de voluntarios, desde su construcción hasta el cuidado de las plantas. Alumnos, empleados del Tec, vecinos de la zona y miembros de organizaciones como Sembrando Conciencia han participado en este proceso. Además, hemos colaborado con otras áreas del Tecnológico de Monterrey que tienen conocimiento e interés por estos temas, como la Sociedad de Alumnos de la carrera de Ing. en Desarrollo Sustentable, así como el Invernadero Académico del Campus Monterrey.
El Invernadero Académico ha sido sede de una serie de talleres abiertos a la comunidad del DistritoTec. El objetivo es hacer conciencia sobre el cuidado de las plantas y aprender sobre botánica para así poder aplicar lo aprendido en nuestros propios huertos y jardines.
«Con esta alianza que ya habíamos formado y con un terreno que está dedicado a estos temas, nos pareció que era algo muy natural que este tipo de iniciativas continuara en un espacio que ya estaba destinado a tal fin», explica la arquitecta Sheila Ferniza, quien coordina el proyecto de El Huerto en DistritoTec. «La ubicación cambia pero el interés se mantiene».
El Invernadero Académico y de Transferencia se construyó en 2010, con el propósito específico de que alumnos de la carrera de Ing. en Agrobiotecnología (IAB) pudieran poner en práctica los conocimientos aprendidos en el aula, como si estuvieran en un invernadero comercial. Además, servía como área de exhibición para visitas guiadas de escuelas, principalmente primarias y secundarias, en donde podían aprender temáticas básicas sobre plantas y botánica.
Sin embargo, los talleres han abierto nuevas áreas de oportunidad para el Invernadero. Más allá de los proyectos ejecutados por los alumnos de agrobiotecnología, o el análisis de los sistemas que pueden hacer los mecatrónicos, este espacio se vuelve accesible para cualquiera que esté interesado en aprender sobre botánica.
Con la intención de ampliar su alcance a la comunidad, estos talleres son un primer paso para que los alumnos que utilizan este espacio puedan compartir lo que saben. «Parte de compartir el conocimiento es que la gente pueda darse cuenta que no es muy difícil tener huertos en sus casas», agrega Sheila.
Desde los primeros talleres que se han llevado a cabo, los asistentes —una mezcla de alumnos, vecinos y aficionados por la botánica— se han llevado conocimientos básicos sobre plantas, sistemas y propagación.
El Dr. Jorge Gutiérrez, director de la carrera Ing. en Agrobiotecnología, destaca la importancia de hacer conciencia sobre estos procesos para conocer más acerca de los alimentos saludables, pues considera que hay una percepción errónea sobre que lo orgánico siempre va a ser lo mejor. Además de enseñar sobre los procesos de las plantas, quiere compartir que la tecnología bien utilizada y bien implementada no genera ningún problema en los alimentos.
«Es un tema que interesa mucho y que seguramente se puede convertir en una unidad que detone muchas actividades en ese sentido: el uso de recursos, lo verde atrás del uso de recursos, y algunas inquietudes de los desarrollos urbanos ligados a lo verde», agrega.
De igual forma, Sheila ve futuro para estas dos iniciativas, pues hay un interés de la comunidad desde que inició El Huerto. Aunque los talleres son un primer acercamiento, coincide con Gutiérrez en que es necesario buscar que esta iniciativa tenga un alcance comunitario, más allá de lo académico. «Conforme se vaya sumando más gente y se vayan vinculando en estos talleres esto se puede convertir en algo más», concluye.