No nos alcanzan las palabras para describir lo que hemos vivido en estos tres años de camino, ni para agradecer lo que nos ha significado dar cada paso acompañado de ti. Sin embargo, aunque el idioma sea insuficiente para expresar lo que sentimos, queremos dedicarte este mensaje porque es gracias a tu apoyo que hoy podemos decir llenos de orgullo que recuperamos un futuro en el cual creer. Tú eres parte de este proceso en el que hemos vuelto a reconocernos como comunidad y has demostrado con tu trabajo que los sueños, cuando los construimos juntos, se hacen realidad; inclusive aquellos que ponen a prueba nuestra imaginación, como el hacer que en un lugar se vivan las grandes ideas.
Pero un sueño de esta magnitud presenta desafíos de la misma talla y para vivir las grandes ideas es necesario volver a tenernos confianza. Decirlo pudiera parecer fácil, pero exige aventurarnos a dejar de estar encerrados en nosotros mismos y salir al encuentro de quienes nos rodean, con disposición a escuchar, compartir y aprender.
En cada saludo a pie de banqueta, en cada plática en un parque o en un café se construye la confianza y es en estos momentos cotidianos que ganamos algo que habíamos perdido: el sentido de comunidad. De ahí que no haya encuentro pequeño ni desapercibido, porque en las conversaciones cotidianas abrimos la posibilidad de generar esas grandes ideas que se transformarán en una esperanza que no hay que esperar, sino hacerla realidad a través de cada una de nuestras acciones.
Es por eso que, como tú, estamos convencidos que vale la pena seguir generando encuentros, porque es a través de la interacción con los otros que surgirá la colaboración que sostendrá el futuro que anhelamos. Decir sí a la cultura del encuentro requiere de valentía. Estos tiempos parecieran regidos por la apatía y la desconfianza, pero con tu esfuerzo, y el de los muchos otros implicados, estamos dejando en claro que este es nuestro tiempo y que los cambios que deseamos no sólo son necesarios, sino posibles.
Hace tres años te pedimos que confiaras en esta iniciativa, hoy nuevamente te queremos pedir algo: no sueltes el sueño que nos tiene aquí reunidos. Los desafíos por venir son enormes y sólo podremos sobrepasarlos si, como hemos hecho hasta ahora, los enfrentamos unidos, con persistencia y con una misma dirección. Nos llena de alegría ver que somos cada vez más los apasionados por esta labor y estamos convencidos que en los años que vengan seremos capaces de entusiasmar a muchos más.
Por acompañarnos todo este tiempo es que queremos darte las gracias. Gracias por atreverte a volver a confiar. Gracias por creer que siempre es posible recuperar la esperanza. Gracias por tener la valentía de seguir soñando. Gracias, mil gracias, por refrendar tu compromiso generoso por hacer de DistritoTec el lugar donde se viven las grandes ideas. Y gracias, en adelantado, por cumplirlo.