Para entender las razones que hay detrás de la apertura de este tipo de espacios y la voluntad que tiene el Tecnológico de Monterrey para habilitarlos, primero hay que especificar qué entendemos por parques de bolsillo.
El consenso en términos urbanísticos es que son pequeños espacios que se habilitan –o rescatan– para uso público, normalmente en lugares donde anteriormente no había más que un terreno abandonado o subutilizado. Los parques de bolsillo le brindan al público nuevos espacios para transitar, estar, interactuar, leer un libro, tomar un café o simplemente gozar de un área verde.
Con este concepto en mente, el 30 de enero inauguramos oficialmente los primeros Parques de Bolsillo en el DistritoTec en un par de terrenos que el Tecnológico de Monterrey mantenía enrejados. Estos dos nuevos espacios se habilitaron y abrieron al público de acuerdo a los principios que promueve la iniciativa DistritoTec, así como lo que plantea el nuevo Plan Maestro sobre los espacios que se podrían abrir al público en el perímetro del Campus.
El más grande (1,000 m2) se ubica en la esquina de las avenidas Junco de la Vega y Luis Elizondo, a un costado del Centro Deportivo Tecnológico (CDT); el más pequeño (255 m2) se encuentra en la esquina de la Av. Luis Elizondo y la calle Dover.
Los beneficios de esta transformación son más evidentes para quienes acostumbran caminar sobre la Av. Junco de la Vega a un costado del CDT, pues es un área que concentra un alto flujo peatonal; la habilitación de este pequeño parque le permite a peatones cortar camino y, de paso, les brinda nuevas oportunidades de estancia con bancas, columpios, bebederos, contactos de luz y una estación walk-through de Tētecoloh Café.
Pero más allá de proporcionar un amigable atajo, se trata de un primer experimento para medir el impacto que tiene la activación de este tipo de espacios en la comunidad, con la idea de abrir en un futuro más áreas similares en el perímetro del Campus.
Actualmente el perímetro del Campus está compuesto principalmente por bordes rígidos, es decir, espacios privados y enrejados que no favorecen una interacción positiva con el entorno. Los Parques de Bolsillo son un primer acercamiento para cambiar esa dinámica y romper con la monotonía de la barda.
Fronteras flexibles
El Tecnológico de Monterrey decidió desde hace por lo menos cuatro años adherirse a la idea de que los retos urbanos se enfrentan con creatividad, fortaleciendo los lazos con la comunidad.
Replegarse entre muros y rejas conlleva la creación de espacios estériles y alienantes; por el contrario, lo que buscamos es brindar más y mejores áreas de encuentro y convivencia, lugares abiertos llenos de vida que ayuden a detonar una sana y positiva actividad pública. Negarse a esta posibilidad es entregarse al miedo.
Llegar hasta este punto no ha sido sencillo. Por ello es importante recordar brevemente cómo nace DistritoTec y qué busca el nuevo Plan Maestro.
En el año 2012, cuando en la ciudad apenas se asomaba un poco de tranquilidad tras un par de años sumamente difíciles, el Consejo del Tecnológico de Monterrey decidió asumir un rol de liderazgo para encabezar la regeneración de los espacios urbanos del entorno que rodea al Campus Monterrey. Entonces el Tec conjuntó a un equipo de especialistas, quienes comenzaron a trabajar en un plan visionario e inspirador que resultó en la elaboración del nuevo Plan Maestro del Campus Monterrey, un documento que en esencia replantea la relación entre el Campus y su entorno urbano.
Este esfuerzo se sustenta, además, en un marco más amplio, perfectamente alineado al Plan de Desarrollo Urbano municipal que, hay que recordar, es el instrumento que contiene las disposiciones jurídicas para planear y regular el ordenamiento de los asentamientos humanos a nivel municipal.
En el apartado 9.3.2. sobre Reordenamiento Urbano, el Plan de Desarrollo Urbano del Municipio de Monterrey 2013–2025 plantea lo siguiente:
«El programa de reordenamiento urbano, es aplicable a sitios en donde se ubican importantes equipamientos educativos, de salud y comerciales de impacto metropolitano, que requieren mejorar la interrelación con su entorno y mitigar los impactos que generan en el sector o zona donde se ubican».
Siendo el Tecnológico de Monterrey un importante detonador y articulador del crecimiento de esta zona sur de la ciudad de Monterrey, cuyo desarrollo comenzó a la par de la construcción del Tec en 1945, se entiende pues que sea la misma institución quien tome el liderazgo para ayudar a mejorar el entorno.
Ahora bien, la delimitación de lo que hoy conocemos como DistritoTec (es decir, las 452 hectáreas y 24 colonias) comenzó con un proceso que también plantea el mismo apartado 9.3.2.:
«Las superficies que conformarán a los polígonos, en donde se aplicará la política de reordenamiento urbano, serán definidas en el plan o programa específico, siendo conformadas por las instalaciones del equipamiento respectivo y su área de influencia, o en su caso por las colonias o sectores habitacionales que requieran reordenar su estructura urbana».
Ese plan o programa específico es lo que hoy conocemos como Programa Parcial de Desarrollo Urbano Distrito Tec, que fue elaborado en colaboración con el Instituto Municipal de Planeación y Convivencia de Monterrey (IMPLANc) y que, además, reúne buena parte de las preocupaciones vecinales en la zona. El programa entró en vigor en noviembre de 2015.
Por otro lado, el nuevo Plan Maestro es, al interior del Tecnológico de Monterrey, el documento guía de la evolución del Campus Monterrey y la transformación de sus espacios académicos, culturales y deportivos. Como documento para la organización y planeación de un campus con visión a futuro en su contexto urbano, ha sido multipremiado; recientemente fue reconocido por el American Institute of Architects (AIA, por sus siglas en inglés).
En él se plantean estrategias como la transparencia y la conectividad con la comunidad que lo rodea. Para ello el Plan define, a nivel conceptual, la activación de algunas áreas que actualmente se encuentran cerradas en el perímetro del Campus pero que podrían abrirse para uso y goce público. Los primeros dos Parques de Bolsillo representan una oportunidad para entender, en una escala menor, el comportamiento que tendrían estos espacios.
Quizá para algunos sea difícil procesarlo, pero las fronteras físicas del Tecnológico de Monterrey no se están borrando, se encuentran en un proceso de replanteamiento acorde a una visión más integral, transparente y conectada con el entorno. La nueva vista que luce la explanada de Rectoría es símbolo de esta redefinición: la reja se ha desvanecido para permitir ver la actividad que se genera en el Campus.
Cuando hablamos de nuevas fronteras nos referimos a una nueva manera de interactuar con la comunidad. El temor y el miedo a veces nos llevan a pensar que necesitamos de muros más altos, rejas más resistentes, lugares más estériles.
Sin embargo, en DistritoTec creemos firmemente que se pueden detonar buenas cosas con una actitud más abierta, más transparente y con mayor actividad pública. Es por ello que el Tecnológico de Monterrey decidió invertir en la habilitación de esos dos pequeños Parques de Bolsillo, para comenzar a experimentar una nueva relación campus-comunidad en espacios que se habían mantenido inertes para, en cambio, llenarlos de vida y actividad pública.