El espíritu del voluntariado abona al florecimiento de valores y sentimientos morales que son clave para la cohesión de la sociedad, como son la benevolencia, la solidaridad y la empatía, que permiten a los seres humanos ponerse en el lugar de los demás, comprender la realidad compleja en la que se encuentran muchas personas y así sentirse motivados a colaborar.
Así lo explicó el doctor Pablo Ayala Enríquez, director de Sentido Humano del Tecnológico de Monterrey, quien destacó que una sociedad egoísta sin capacidad para solidarizarse está condenada al fracaso, por eso considera fundamental impulsar el voluntariado, ya que es una apuesta al futuro que da la posibilidad de sobrevivir.
“El ayudar al otro deja un elemento que nos une a todos los seres humanos y esta es la vulnerabilidad, que nos permite ponernos en el lugar del otro, solidarizarnos, tener empatía, comprender la realidad compleja en la que vivimos, lo que nos predispone a trabajar en conjunto por la justicia social de manera voluntaria”, subrayó.
Destacó que en los últimos cuarenta años del mundo ese afán materialista de tener más ha ido drenando esas posibilidades reales de solidarizarnos como sociedad, ese apetito voraz de ver solo por uno mismo ha derivado en una capa de ozono agujerada, sociedades más desiguales e injusticias morales impactantes, como es el hecho de que mueren personas cada minuto por hambre y se desperdician toneladas de comida.
“Desde el año 2000 hasta ahorita han muerto dos terceras partes más de personas por cuestiones asociadas a la pobreza que por todas las guerras del siglo pasado como fueron la de Vietnam, Corea, Primera y Segunda Guerra Mundial y hasta el exterminio ruso, eso es una locura, la solidaridad nos permitiría que la injusticia no llegara tan lejos, tenemos que reivindicarnos como humanidad”, indicó.
Sobre el caso específico de México explicó que el voluntariado tiene grandes áreas de oportunidad y entre las más importantes está el contar con los mecanismos y la infraestructura idónea para poder realizarlo, que el sistema esté más institucionalizado, para que las personas deseosas de colaborar tengan a su alcance las opciones para lograrlo.
“La benevolencia no se obliga, yo no puedo presionar a nadie a donar su tiempo, sus recursos o su conocimiento, eso tiene que nacer del corazón y eso es lo que los mexicanos tenemos, somos solidarios por naturaleza, nos distingue esa cultura fraterna, el problema es que no contamos con las estructuras para potencializarlo, nos hacen falta más organizaciones dedicadas a este fin, que haya más trabajo formativo en las familias y en las escuelas”, dijo.
Al respecto, destacó que en el Tecnológico de Monterrey se ofrece una formación integral para que los estudiantes además de adquirir capacidades para emprender e innovar con sus conocimientos, tengan esa visión con sentido humano que les dé la oportunidad de impactar positivamente en la sociedad con sus acciones.
“El sentido humano abona a la configuración de esos valores, se ven tanto a nivel curricular como a través de sus programas de voluntariado, que realizan a través de su servicio social, como sucedió recientemente con el terremoto de México que impactó en localidades de Oaxaca y Chiapas, donde estudiantes y miembros del Tec, colaboraron junto a la organización TECHO para construir 230 casas, que beneficiaron a muchas familias”, indicó.
Agregó que en unas cuantas semanas se lanzará el programa institucional de Voluntariado en todos los campus, para que todos alumnos, profesores y empleados puedan elegir diversos programas de activación solidaria como son proyectos de educación, de construcción y de bancos de alimentos, como es el programa de Cucharadas.
También reconoció la labor tan importante que están realizando los participantes del programa de voluntariado DistritoTec, apoyando las propuestas de soluciones que la comunidad junto a las autoridades y organizaciones planearon en conjunto para el mejoramiento de la calidad de vida en esta zona.
“Cuando uno ve proyectos de este tipo que están mejorando el entorno de la comunidad, uno se da cuenta que el país tiene solución. Al ver cómo todas las personas involucradas trabajan de manera solidaria, puede contagiarse ese deseo de replicar la idea en muchos otros lugares para beneficio de la sociedad”, dijo.