Paredes llenas de expresiones artísticas enmarcan un espacio donde la tranquilidad y serenidad son la prioridad. Efímero Arte.Café, en la Colonia Roma, busca ofrecer un lugar que permita tomar un descanso del ajetreo diario y conectar con los demás.
En la Colonia Roma, cerca del bullicio de la Avenida Eugenio Garza Sada, se puede encontrar un rincón de tranquilidad en un pequeño café en la Plaza Belén. Un local rectangular aloja Efímero Arte.Café donde las paredes blancas están llenas de diversas expresiones artísticas que invitan a relajarse.
Un espacio tranquilo donde se pueda tomar un descanso del ajetreo diario es la idea detrás de la creación de este café, cuenta Alba Martínez, administradora del lugar. Hacer una pausa en las actividades diarias nos pueden cambiar la perspectiva y ayuda a relajarnos, explica, más aún cuando se hace en compañía de una taza de café.
En sus redes sociales, definen efímero como algo que es breve o fugaz y remiten al concepto japonés de mono no aware, que hace referencia a encontrar la belleza de la vida, precisamente, en lo efímero. Lo que se traduce en un local acogedor donde se procura la paz y un servicio de calidad que es reconocido por los clientes, pues se sienten a gusto platicando o trabajando ahí, afirma Alba.
Un aspecto que motiva la relajación dentro del local viene también de los talleres que imparten. Alba explica que su intención desde el inicio del café hace un año era contar con actividades creativas, pero se materializó cuando alguien más les pidió el espacio para organizar uno. “Las actividades creativas están muy ligadas al sentido de estar relajado, al sentido de desprenderte de este ajetreo del día a día, entonces eso es lo que intentamos compartir también con las personas que vienen aquí”, comenta. Entre los temas que abarcan los talleres están tejido, bordado, acuarela, lettering o incluso métodos artesanales para hacer café.
Además de ofrecer un espacio en calma, tienen un fuerte compromiso social. El grano de café que usan en sus bebidas proviene de una iniciativa que busca visibilizar el aporte de las mujeres en la actividad cafetalera. De modo que la comercialización, distribución y administración está manejada únicamente por mujeres. Conocido como Femcafé y bajo el sello de comercio justo, esta cooperativa garantiza que el 70 % del costo total del café va directamente a 157 familias veracruzanas.
Aunque no se cataloga como un café de especialidad, es un producto de buena calidad con una historia muy interesante, dice Alba. En una ciudad donde la cultura del café es básica, disfrutan compartir sus conocimientos sobre la calidad de esta bebida, afirma.
La relación con sus clientes es otro aspecto interesante en Efímero Arte.Café por la cercanía que han logrado crear con ellos. Hacer comunidad está al centro de las interacciones que se dan aquí. Tanto los clientes frecuentes como las personas que se acercan para dar talleres cada mes, así como los vecinos inmediatos forman parte de la comunidad.
“Lo que está muy padre aquí es que llega el vecino de aquí a la vuelta que también tiene un pequeño emprendimiento y tiene su oficina ahí en su mismo depa y llega y viene por el café y ya nos platica un poquito de sus proyectos o un despacho de arquitectos que está por aquí cerca. El vecino que, por ejemplo, viene a pintar, vive muy cerca, se trae su equipo de arte para sentarse aquí y estar un par de horas dibujando. Todo eso es muy satisfactorio cuando nos sentimos parte de esta comunidad”, señala Alba.
Su llegada al DistritoTec se dio después de una larga búsqueda, pero pronto encontraron un público receptivo a su mensaje y una zona que cada vez está más enfocada a pensarse en términos distintos. “La verdad esta colonia es muy agradable, que la gente a veces pueda llegar en bici o caminando de su casa. Creo que al ser una ciudad tan grande hemos perdido eso, las pequeñas comunidades”, dice Alba.
El reto para Efímero es seguir creciendo, pero sin perder su esencia de ofrecer una atmósfera serena, reconoce. No obstante, su meta es seguir fortaleciendo lazos a través de más talleres y actividades. Al integrar a más personas, asegura, “empezamos a hacer una comunidad, empezamos a conocernos más y más y a tratar también de potenciarnos entre nosotros mismos”.