Todos los principios son oportunidades de reflexión y de renovación. Al empezar un nuevo año nos enfrentamos, es verdad, a lo incierto y lo desconocido, pero también nos empapamos de la emoción de escribir historias inéditas que irán dando la pauta de nuestro futuro.
Desde DistritoTec hemos insistido siempre en que lo que mueve nuestro trabajo y nuestro esfuerzo es la posibilidad de construir un futuro compartido: donde quepamos todas las personas y donde el conjunto de nuestros anhelos genere un horizonte inspirador.
Construir un futuro compartido, entonces, no se logra con la suma de historias individuales, sino con el entramado de éstas. Cada uno de nosotros jugamos un rol en la historia de los otros y en la medida que seamos conscientes de esa responsabilidad seremos capaces de contar una historia más grande: esa que habla desde la comunidad.
El 2018 no es un año como cualquier otro. Este año habrá elecciones en nuestro país; cambiarán alcaldías, gubernaturas, senadores, diputados locales y federales y habrá un nuevo presidente. Nos es pertinente hablar de todos estos cambios porque tienen que ver con lo público, eso que es naturalmente compartido, y en ello la democracia tiene un rol esencial.
Los tiempos que corren en México, y en el resto del mundo, son de desconfianza y eso pudiera traducirse en desesperanza o miedo si no se le da una lectura correcta. Para nosotros estos tiempos son de oportunidades. Oportunidades para reivindicar el trabajo que hemos realizado para ponernos de acuerdo, escucharnos y construir en colectivo, pero también oportunidades para reflexionar en dónde estamos parados.
No debemos salir al 2018 con miedo, no podemos permitir paralizarnos, por el contrario, debemos sentirnos emocionados porque tenemos un rumbo claro que hemos ido trazando, por varios años, desde la corresponsabilidad.
Vamos acompañados en esta tarea por llevar a nuestro país de una economía industrial a una del conocimiento y esa idea tan loable comienza con nuestra comunidad más cercana: nuestra colonia, nuestro barrio, nuestra calle.
Los pasos que siguen, por difíciles o fáciles que sean, no serán imposibles de dar porque hoy podemos decir llenos de orgullo que en el DistritoTec viven las personas con el mejor talento y con la valentía de actuar para generar cambios.
Comenzar un año nuevo tiene invariablemente algo emocionante. Para nosotros la emoción reside en la posibilidad de seguir escribiendo esas historias de esfuerzo y cariño que dan muestra de que hacer de nuestra ciudad un verdadero hogar es posible.
¡Bienvenido el 2018 y manos a la obra!