Óscar recuerda que desde que tiene conocimiento ha sentido una gran atracción por la música, y específicamente, las percusiones. En su casa había varios instrumentos, y desde niño experimentó con muchos de ellos, especialmente con un timbal.
“A la edad de 10 años tuve la oportunidad de comenzar a tomar clases profesionales de batería. Las clases eran muy costosas, por lo que tenía oportunidad de asistir cada dos, incluso tres semanas a mi clase. Esta situación no me desanimó en lo más mínimo, sino que me motivó a esforzarme más y a aprovechar al máximo cada una de las clases que tomaba.” Hoy es el percusionista principal en varias orquestas danzoneras del estado de Nuevo León, además de ser estudiante de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey.
Después de tomar por un largo tiempo clases y de tener experiencia impartiendo clases de batería en diversas academias desde los 16 años, le surgió la idea de un proyecto propio. Puso empeño en el diseño de un método de enseñanza que permitiera que una persona sin conocimientos musicales previos lograra tocar el instrumento leyendo partituras, es decir, que lograra una ejecución profesional. El objetivo, aunque difícil de lograr, era simple: poder ofrecer clases de batería de un buen nivel a un costo accesible. Óscar se emocionaba con la idea de que la comunidad de bateristas en la ciudad fuera más grande y hubiera más personas con quien compartir su pasión por este instrumento. Cuando supo de Casa Naranjos y de la batería que DistritoTec había adquirido para las ediciones de Callejero, vio una gran oportunidad de por fin materializar su sueño.
Así, las clases de batería en Casa Naranjos comenzaron el 6 de Julio 2018, y han seguido de manera ininterrumpida. El proyecto arrancó con 6 interesados, pero la demanda creció rápidamente. Hasta ahora, Óscar ha impartido clases a poco más de 100 alumnos.
Pau, alumna, dice que “Óscar es un maestro muy paciente y que se interesa mucho por el progreso de sus alumnos. Se asegura de darte un plan de seguimiento para que puedas practicar en tu casa aunque no tengas batería, y culmina cada curso (de ocho semanas) con una evaluación.” Otro alumno rescata que “Óscar siempre te cuenta los métodos que le han funcionado a otros alumnos, por lo que siempre tienes la sensación de que eres parte de un grupo. Siempre nos cuenta de los eventos musicales de la ciudad. Además, siempre está dispuesto a enseñarte más cosas, por ejemplo, nos invita a las ediciones de Callejero y si queremos, nos enseña a armar y desarmar la batería”.
Su misión es continuar involucrando a más personas en el aprendizaje de la batería. Se ha planteado el objetivo de conseguir más espacios para que todos los participantes de sus clases tengan más oportunidades de exponer en público sus avances y así “soltarse” a tocar cada vez mejor.
Óscar considera que lo más gratificante de su proyecto ha sido atestiguar el enorme crecimiento personal de sus alumnos. Asegura que aprender y practicar batería tiene muchos beneficios: mejora la coordinación, incrementa la capacidad de concentración, mejora los reflejos y promueve la constancia y la disciplina.
“Considero que este proyecto ha traído un enorme impacto en mi carrera como músico instrumentista y profesor de instrumento, pero lo más importante es sin duda la oportunidad de conocer a personas maravillosas y compartir con todos ellos mi pasión por la música.