Transportarnos de un lugar a otro se ha convertido en una necesidad por la dinámica estructural de nuestras ciudades, lamentablemente hemos privilegiado medios de transporte que contaminan e incentivan el sedentarismo antes que aquellos que pueden practicarse a la vez que fomentan la actividad física y la salud, como pueden ser caminar, andar en bicicleta, patinar. Independiente de fomentar el deporte y no contaminar, estos medios de transporte no motorizados se han convertido en actividades de riesgo al no existir la infraestructura necesaria y las leyes que se requieren para evitar hechos viales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) al día mueren 3500 personas en el mundo a causa de hechos de tránsito y millones resultan con heridas y secuelas graves, destacando que las y los peatones y ciclistas son el sector con más vulnerabilidad en la vía pública. En el 2018, México tuvo más de 365 mil incidentes de tránsito en regiones urbanas y suburbanas, en los que lamentablemente más de 4 mil personas perdieron la vida y alrededor de 89 mil resultaron con heridas, según datos del INEGI.
Las políticas públicas en esta materia deben estar orientadas a generar una movilidad urbana sostenible para todas y todos. No solo se trata de privilegiar, sino de alcanzar equidad. Es necesario sumar esfuerzos y legislar cambios que nos beneficien a todas las personas en cuanto a movilidad y seguridad vial respecta.
«Toda persona tiene derecho a la movilidad en condiciones de seguridad vial, accesibilidad, eficiencia, sostenibilidad, calidad, inclusión e igualdad».
El dictamen se turna ahora a legislaciones estatales y con esta reforma recientemente aprobada se busca garantizar a toda persona en México una movilidad de calidad, segura, accesible, e incluyente, y con ello garantizar cero muertes en hechos de tránsito, verdadera inclusión y el cuidado del medio ambiente.